jueves, 24 de febrero de 2011

Papá Gobierno...

San Ignacio Cerro Gordo, Jalisco. 24/02/10


Las personas cambian según los acontecimientos que van marcando su vida, el infante sufre cuando tiene que aprender a caminar, el niño disfruta cuando conoce nuevos amigos, el adolescente se frustra por sentirse incomprendido, el joven siente cuando ama, y en delante los cambios son más significativos pero el más difícil es convertirse en padre. Lo mismo sucede con las sociedades, hay acontecimientos que van marcando significativamente el modo en el que se desarrollan y realizan la convivencia entre sus integrantes.

La Sociedad es como una familia, donde el gobierno son los padres, y los hijos los ciudadanos. Estos hijos al igual que en la vida real "calan" a menudo a sus padres, y saben a donde acudir a conseguir lo que desean, si desean un permiso, utilizan la ayuda maternal para conseguir el aval de padre. Pero las cosas cambian cuando los padres necesitan de los hijos.

Al gobierno le sucede exactamente lo mismo, los ciudadanos, "calan" a su gobierno, y saben de que pata cojean, saben como pueden ser beneficiados con los favores de la autoridad.

Cuando los hijos son berrinchudos, malcriados, rezongones, agresivos, y descorteses, mucho tienen que ver los padres, por que permiten que sus querubines desde que son infantes hagan lo que quieran con tal de que no estén llorando, o entorpeciendo su demás actividades.

Cuan similar es el gobierno a un padre de familia, que mal educa a su ciudadanos, cuando le permite infringir la ley, por que son cosas menores, o por que simplemente los tratan como sus hijos, que con tal de no recibir reclamos, permiten lo que sea con tal que después no reclamen por el proceder del gobernante. Pues como reclamar algo que se consciente desde un inicio.

Si los padres cuando dan una indicación, los hijos asumen que esa es la norma a seguir, pero si al cabo del tiempo cambian la orden, el hijo se confunde y deja de hacer caso poco a poco pues encuentra el modo de eludir sus responsabilidades.

Si los gobiernos intentan ser buenos padres, lo primero que deben aprender es que las indicaciones (entiéndase leyes) son para todos y su cumplimiento es irrestricto.

Cuando se consciente que un hijo delinca, argumentando la poca cuantía, ésta con el paso del tiempo se va incrementando.

Es difícil el ejercicio en el gobierno, pero se tiene que tener la decisión para obligar al cumplimiento de la ley.




Estar en contra de la delincuencia no es una opción, es una obligación.



Lic. Víctor Cabrera Alcalá

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