Otra de policías y bandidos

"Me robaron 300 por andar

feliz con mi música"

San Ignacio Cerro Gordo, Jalisco 10/08/10

Benito Juárez, puede esperar para otra ocasión para deleitarnos con su frase más conocida, "El Respeto al Derecho Ajeno es la Paz". y digo que para otra ocasión por que circulando por las calles de San Ignacio vi como el ingenio y el humor del mexicano sirve hasta para hacer mofa de lo delincuentes que somos y hasta lo presumimos.

Circulaba un automóvil con placas extranjeras por las estrechas calles enlodadas por los deslaves que provienen del cerro en cada temporal de lluvias, cuando un letrero en la parte trasera del vehículo llamó mi atención, rezaba: "Me robaron 300 por andar feliz con mi música", pues al joven conductor le habían aplicado el bando de policía y buen gobierno por andar feliz con su música a todo volumen, como muchos de los paisanos, haciendo lo que no pueden hacer en el norte y vienen a liberar todos sus sentimientos frustrados por la cultura y la legalidad del país vecino.

Aunque no se que será más difícil de recuperar, los 300 que le robaron de multa al norteño fiestero o la trasnochada que se dieron los vecinos que tuvieron que soportar los estruendosos bajos de su modernísimo equipo de sonido que hacen vibrar hasta los más resistentes vidrios de las ventanas.

La disyuntiva nunca estriba en si debemos dejar la felicidad del joven para que se sienta feliz o debemos perturbar la noche de quienes descansan, sino simplemente es una cuestión de "respeto al derecho ajeno", así como los jóvenes tienen derecho a divertirse, los que trabajan, madrugan o cuidan bebés, tienen derecho a descansar y por ende también ser felices.

La policía y sus mandos no deben sentirse amedrentados por las quejas y gritos que se alzan para defender a sus querubines, la aplicación de la ley no está sujeta a caprichos ventajosos del que mas fuerte tenga la voz, si eso sucede, con el tiempo veremos normal que la convivencia entre vecinos sea cosa del pasado, y luego como empieza a suceder, grupos de caballeros montados en sus caballos y con cerveza en mano, pasen por enfrente de la comandancia de policía y nadie diga nada, no vayan a sentirse ofendidos los jinetes por que sus caballos salen estresados por el encuentro con la policía.

Es definitiva, O se pone remedio, o al rato volveremos a aquellos tiempo en que algunos valentones descargaban su arma en medio de la serenata a las afueras del palacio municipal.

El remedio saldrá mas caro que el trapito.